Leonardo da Vinci
Nació
el 15 de abril de 1452 en el pueblo toscano de Vinci, cercano a Florencia. El
gran maestro florentino fue uno de los grandes artistas del
renacimiento, autor de “La Gioconda” o “Mona Lisa” (1503-1506, Louvre, París);
“La última Cena” (1495 a 1497), la Virgen de las rocas y Santa Ana, la Virgen y
el Niño (1506-1513), y descolló como pintor, escultor, arquitecto, ingeniero,
científico y hasta cocinero.
No
sólo fue un grandísimo artista, sino que sobresalió también como inventor,
anticipando muchas invenciones de los siglos siguientes. Así, Leonardo unió sus
conocimientos artísticos con sus observaciones de la naturaleza y basado en
ellas comenzó a dibujar máquinas que reprodujeran lo él que veía, dividió sus
máquinas sus máquinas según donde podían ser usadas: aire, agua o tierra.
Leonardo
dividió sus máquinas según donde ellas podían ser usadas: aire, agua o tierra.
Observaba
cómo volaban las aves y los insectos y fue así como diseñó muchas máquinas
voladoras. Una de ellas semejante al helicóptero moderno tenía una
especie de hélice circular que al girar rápidamente, lo haría levantar
verticalmente del suelo, otras utilizaban alas y se impulsaban con pedales y
por último unos planeadores que utilizaban las corrientes de aire
para sostenerse.
No
sabemos si Leonardo logró construir o probar sus máquinas voladoras, pero sus
diseños fueron los precursores de la aviación moderna.
Entre
las máquinas de agua diseñó un bote con doble casco para
evitar que naufragara si el agua entraba al compartimiento inferior. El bote
era propulsado con paletas accionadas con pedales. Este mismo modelo se
usaría 300 años después en la navegación a vapor. Incluso dibujó los
planos para un submarino de guerra 500 años
antes de que se construyera uno.
Y
¿qué me decís de las máquinas de tierra? ¿no os suena esta?
Hizo
los planos de un vehículo con ruedas que se movía por sí mismo, diseñó la
bicicleta, un tanque de guerra y diferentes clases de armas.
Diseñó
grúas, engranajes y toda clase de mecanismos que han seguido utilizándose hasta
nuestros días.
Su
mente no se detuvo ante los conocimientos de su época, ni ante los limitados
materiales con los que contaba, básicamente madera, tela y pieles. El fue
siempre más allá y trató de imaginar un mundo diferente, donde la vida diaria
fuera más fácil, las ciudades más limpias y el modo de transportarse más
rápido.
Pero,
como era tan trabajador y tan estudioso, también hizo sus pinitos en la
literatura, como lo demuestran algunas de sus fábulas (que podréis ir leyendo)
además de otros muchos escritos.
Se
sabe que Leonardo da Vinci era también un apasionado de la música, ejerció como
músico en la corte de los Sforza mientras estuvo al servicio de Ludovico el
Moro y que, cuando llegó a Milán, ya dominaba a la perfección la lira y el
laúd. Es muy probable que Leonardo aprendiera a tocar estos instrumentos de
oído, debido a su gran afición y su buena voz para cantar, y que lo hiciera
simplemente practicando en solitario o con sus camaradas, sin un maestro
conocido, aunque es muy posible que uno de estos compañeros de juventud,
Atalante Migliorotti, buen cantante y músico de profesión, pudiera haberle
enseñado durante su estancia en Florencia las bases de la teoría musical.
Leonardo
siempre estuvo inquieto por mejorar y diseñar nuevos instrumentos, sus
biógrafos dicen que él diseñó y construyó una lira de plata en forma de cabeza
de caballo y que tenía un sonido mucho más hermoso que las liras
tradicionales.
Aunque
no se ha comprobado que él hay sido el inventor del violín, si dejó los planos
de muchos instrumentos similares y otros tan complejos que nunca fueron
construidos. Uno de ellos llamado la “viola organista” era un
instrumento con teclado y cuerdas que sonaba por medio de una rueda, un tirante
hecho de pelo de caballo y un arco.
Leonardo
también trabajó en la mejora de muchos de los instrumentos musicales de su
época y rediseñó muchos de ellos para mejorar la calidad del sonido y la
facilidad de tocarlos.
Se
cree que escribió varias piezas musicales, aunque no se conserva ninguna de
ellas y también se dice que al tiempo que tocaba su lira podía cantar poemas y
improvisar la letra según la ocasión.
Pasó
sus últimos años en el castillo de Cloux, cerca de Amboise, en el que murió el
2 de mayo de 1519.
Inventos
La ballesta
Tanque
La bicicleta
La veleta
OBRAS
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